Durante una conferencia en Colorado, Bob Swan, CEO de Intel, se refirió al retraso que ha tenido la compañía en sus planes para lanzar su nueva generación de procesadores construidos en 10nm.
Cuando le preguntaron sobre la razón por la cual Intel ya no estaba “cumpliendo” la Ley de Moore, Swan respondió que habían intentado solucionar este problema de una manera muy agresiva. Ya que en vez de mejorar la densidad de los transistores de forma regular cada dos años, intentaron un salto de hasta 2,7 veces en comparación a la primera generación de CPUs que lanzaron en 14nm.
Esta meta agresiva, según Swan, fue para mantener a Intel como líderes de innovación y tecnología, pero terminó siendo un programa cada vez más complejo de cumplir que resultó en, hasta la fecha, aproximadamente 5 años desde la última vez que Intel redujo su proceso de fabricación.
Los planes a futuro son lanzar “Ice Lake” a 10 nm en 2020, y mencionó que la próxima mejora cumplirá con 2x la densidad que la generación anterior, para evitar caer otra vez en el problema que generó el salto entre 14 y 10 nm.
La arquitectura de 7nm, la próxima parada luego de los 10nm, en teoría ya está en desarrollo, y debería ser lanzada en 2 años más.